Elena era una chica como todas las demás. Le gustaba jugar con sus muñecas, ver la televisión, leer (bueno, hay que decir que en esto difería un poco de sus otras amigas...). Lo cierto es que no había motivos aparentes para pensar que esa niña de 12 años acabaría conviertiéndose en homicida. Lástima que sus padres, un agente de la policía nacional y un ama de casa de las de toda la vida, no puedan pensar ya lo mismo. Un día mientras estaban tranquilamente comiendo, oyeron que se abría la puerta de la entrada y alguién se dirigía a su dormitorio. "Debe de ser Elena"-pensó el padre (se notaba que era inspector...y que Elena era hija única). Lo que ocurrió a continuación es duro de contar. Su hija se hallaba frente a ellos, empuñando la pistola de su padre, con unos ojos castaños llenos de rabia, mientras les preguntaba:
-¿Os creéis que la vida es una broma?
Segundos después su padre le gritaba que dejase el arma, su madre lloraba, y la sangre inundaba toda la cocina. Elena acababa de autoproclamarse huérfana, pero en su interior sólo podía escuchar las risas y burlas de sus compañeros de clase, las que tenía que haber sufrido esa misma mañana, en el primer día de instituto de su vida. Y podía oír también claramente la voz de su tutora, mientras pasaba lista y llegaba a su nombre y preguntaba en alto:
- ¿Elena Nito del Bosque?
miércoles, 27 de enero de 2010
jueves, 21 de enero de 2010
Fútbol es fútbol
Vaya por delante que el que escribe esto ve mucho fútbol, no sólo de categoría nacional e internacional, desde la Premier League hasta competiciones como la UEFA y como la Copa de Europa (ahora mal llamada Champions League), y también, por gracia y espíritu santo de ese gobierno tan criticado por los del Oviedo, también tengo la oportunidad de ver partidos de 2ªB. Del mismo modo leo prensa deportiva: Marca, As, La Gazzetta dello sport, L'equipe...aunque estos dos últimos con menor frecuencia. También tengo que avisar que soy aficionado del Madrid, del Sporting y del Luarca, y tengo simpatía por equipos como el Liverpool, el Celtic y el Sigma Olomouc (este último porque estuve por allí, y siempre mola tener un equipo checo al que apoyar...).
Con todo esto quiero decir que no miro la adscripción política de ningún club a la hora de hacerme aficionado, ni la de su presidente, ni mucho menos la de su hinchada ultra, ni tampoco me pongo a investigar las pasadas relaciones del club con la esfera del poder. Se puede decir que a la hora de escoger un equipo, lo esencial es que te caiga bien, ya sea porque juega de maravilla, porque es el equipo de tu ciudad, o porque es el equipo que más títulos gana. Como la mayoría de los aficionados al fútbol, yo elegí mis equipos de pequeño, una edad en la que las opiniones políticas cuentan más bien poco. Evidentemente, cuando me hice mayor y tome, dicho de cierto modo, conciencia republicana, no me planteé cambiar de equipo porque el club tuviera delante el título Real (como lo tienen la mayoría de los equipos de la élite en España). Del mismo modo, tampoco me cambiaré de equipo si dado el caso el club bajase a Tercera División. Por otra parte, el hecho de que estos clubs tengan aficionados ultras, mejor dicho una panda de ignorantes delincuentes salidos de la caverna ultraespañolista, que se muestran partidarios de opciones políticas diferentes a las mías, digo que este hecho, no basta para que tenga que cambiar de equipos. Incluso ya siendo mayor he escogido ser seguidor de un club que es el claro exponente del catolicismo en Escocia, como es el Celtic.
¿A dónde quiero llegar? Pues que, aunque en la práctica fútbol y política tienen en ocasiones lazos estrechos, algo que tiene más que ver con el "pan y toros" para el pueblo que con los aficionados ultras, el hecho de ser aficionado a un club no tiene que marcar la adscripción política o ideológica de nadie. Y cualquiera que no lo vea así, no va a disfrutar nunca del que para muchos es el deporte más espectacular del mundo. La cosa por tanto está clara: fútbol es fútbol.
Con todo esto quiero decir que no miro la adscripción política de ningún club a la hora de hacerme aficionado, ni la de su presidente, ni mucho menos la de su hinchada ultra, ni tampoco me pongo a investigar las pasadas relaciones del club con la esfera del poder. Se puede decir que a la hora de escoger un equipo, lo esencial es que te caiga bien, ya sea porque juega de maravilla, porque es el equipo de tu ciudad, o porque es el equipo que más títulos gana. Como la mayoría de los aficionados al fútbol, yo elegí mis equipos de pequeño, una edad en la que las opiniones políticas cuentan más bien poco. Evidentemente, cuando me hice mayor y tome, dicho de cierto modo, conciencia republicana, no me planteé cambiar de equipo porque el club tuviera delante el título Real (como lo tienen la mayoría de los equipos de la élite en España). Del mismo modo, tampoco me cambiaré de equipo si dado el caso el club bajase a Tercera División. Por otra parte, el hecho de que estos clubs tengan aficionados ultras, mejor dicho una panda de ignorantes delincuentes salidos de la caverna ultraespañolista, que se muestran partidarios de opciones políticas diferentes a las mías, digo que este hecho, no basta para que tenga que cambiar de equipos. Incluso ya siendo mayor he escogido ser seguidor de un club que es el claro exponente del catolicismo en Escocia, como es el Celtic.
¿A dónde quiero llegar? Pues que, aunque en la práctica fútbol y política tienen en ocasiones lazos estrechos, algo que tiene más que ver con el "pan y toros" para el pueblo que con los aficionados ultras, el hecho de ser aficionado a un club no tiene que marcar la adscripción política o ideológica de nadie. Y cualquiera que no lo vea así, no va a disfrutar nunca del que para muchos es el deporte más espectacular del mundo. La cosa por tanto está clara: fútbol es fútbol.
miércoles, 20 de enero de 2010
El destino y el mezquino
Dos poemas: el destino, y el mezquino
Los montes por camino.
El mar como esperanza,
con sus fieles mareas
y el futuro que enlazan.
El mundo por destino.
La muerte por venganza,
con su guadaña de oro,
con su Caronte y su barca.
-----------------------------------
Sigue rumiando bóvido de dos patas.
Rumia las mentiras que te inventas
créete los pretextos que les cuentas
cuando todo lo que dices lo reinventas.
¿Acaso no eres fan de lo mezquino,
tú, asquerosa bola de tocino,
consorte de la reina paparrucha?
Rajá de la memez y el desatino,
Pontifice del reino de la trucha,
Mariscal del rumor casi divino
para mal de la audiencia que te escucha
Los montes por camino.
El mar como esperanza,
con sus fieles mareas
y el futuro que enlazan.
El mundo por destino.
La muerte por venganza,
con su guadaña de oro,
con su Caronte y su barca.
-----------------------------------
Sigue rumiando bóvido de dos patas.
Rumia las mentiras que te inventas
créete los pretextos que les cuentas
cuando todo lo que dices lo reinventas.
¿Acaso no eres fan de lo mezquino,
tú, asquerosa bola de tocino,
consorte de la reina paparrucha?
Rajá de la memez y el desatino,
Pontifice del reino de la trucha,
Mariscal del rumor casi divino
para mal de la audiencia que te escucha
Suscribirse a:
Entradas (Atom)