miércoles, 27 de enero de 2010

Vendetta

Elena era una chica como todas las demás. Le gustaba jugar con sus muñecas, ver la televisión, leer (bueno, hay que decir que en esto difería un poco de sus otras amigas...). Lo cierto es que no había motivos aparentes para pensar que esa niña de 12 años acabaría conviertiéndose en homicida. Lástima que sus padres, un agente de la policía nacional y un ama de casa de las de toda la vida, no puedan pensar ya lo mismo. Un día mientras estaban tranquilamente comiendo, oyeron que se abría la puerta de la entrada y alguién se dirigía a su dormitorio. "Debe de ser Elena"-pensó el padre (se notaba que era inspector...y que Elena era hija única). Lo que ocurrió a continuación es duro de contar. Su hija se hallaba frente a ellos, empuñando la pistola de su padre, con unos ojos castaños llenos de rabia, mientras les preguntaba:
-¿Os creéis que la vida es una broma?
Segundos después su padre le gritaba que dejase el arma, su madre lloraba, y la sangre inundaba toda la cocina. Elena acababa de autoproclamarse huérfana, pero en su interior sólo podía escuchar las risas y burlas de sus compañeros de clase, las que tenía que haber sufrido esa misma mañana, en el primer día de instituto de su vida. Y podía oír también claramente la voz de su tutora, mientras pasaba lista y llegaba a su nombre y preguntaba en alto:
- ¿Elena Nito del Bosque?

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